Síndrome del niño vulnerable

La consulta al Equipo de Salud no reemplaza en ningún momento las indicaciones y sugerencias expuestas en este sitio. Es el Equipo quien debe contenerlos y apoyarlos, como además guiarlos por este hermoso camino que es compartir el crecimiento y desarrollo de sus hijos.

¿Qué es el síndrome del niño vulnerable?

SINDROME NIÑO VULNERABLE: (Vulnerable Child Syndrome; Green and Solnit, 1964) es la percepción exagerada vulnerabilidad de los padres respecto de su hijo a pesar de haber superado los periodos de extrema necesidad de cuidado de la salud.

Aunque el hijo esté sano físicamente y vaya desarrollándose adecuadamente según los parámetros estipulados para su edad corregida y su propia curva evolutiva, algunos padres siguen pensando que su hijo es frágil y susceptible a padecer problemas y le brindan cuidados acordes a la percepción derivada de sus temores y no acordes a las necesidades integrales de su hijo.

Suelen estar demasiado pendientes y preocupados por su salud física, dudar de sus capacidades para resolver situaciones en forma autónoma e intentan protegerlos de forma que terminan sobreprotegiéndolo.

La sobreprotección implica proteger por encima de la necesidad, lo cual se constituye en un “exceso” que termina  inhibiendo las capacidades integrales del niño y, sin quererlo, retrasando u obstaculizando su desarrollo.

Suele haber gran dificultad para poner límites a las conductas del niño ya que se piensa/siente que con “todo lo pasado en la Neo” ahora hay que dejar que haga lo que quiera y cuando quiera. Esto puede perturbar significativamente el desarrollo y su adaptación al mundo social/escolar.

Los niños pueden responder a las expectativas de vulnerabilidad con un tipo de conducta descontrolada o, en el otro extremo, muy inhibida. También puede presentar menor desempeño escolar del que podría tener de acuerdo a sus reales capacidades. Es habitual que también puedan aparecer dificultades en el sueño, alimentación y percepciones erróneas respecto de su propia salud.

Cuando resulta complicado aceptar que se nace prematuro pero que no se es prematuro para toda la vida, cuando cuesta dejar de ver al hijo como vulnerable cuando en verdad ya no lo es, cuando se observa que la vida cotidiana es caótica por falta de límites se hace necesario pedir ayuda psicológica para reencauzar la crianza de modo de proteger y estimular adecuadamente el desarrollo integral del niño.

Lic Gabriela Muniagurria
Especialista en Psicologia Perinatal

 

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