La Historia de Vida de Sofia

Mi embarazo transcurría normal, cierto día noté que mis piernas y mis manos se hinchaban, acudí con el médico y tras darme indicaciones de cuidado regresamos a la casa sin embargo, esta situación continuaba, fue entonce cuando mi esposo y yo decidimos adelantar nuestra consulta mensual con el médico para preguntar sobre esta cuestión. Así lo hicimos, mi presión estaba un poco elevada, el doctor nos dijo que una mujer embarazada no debe tener esos niveles de presión así que nos mandó a urgencias, el diagnóstico; probable preeclampsia. en el hospital inmediatamente me ingresaron y administraron medicamento para regular mi presión, durante la primera tarde cedió sin embargo, después los niveles altos continuaron, estuve en observación, medicamentos y estudios durante una semana y cuando los médicos se dieron cuenta que la situación empeoraba nos informaron que tendían que interrumpir mi embarazo, ya que de no ser así mi vida también estaría en peligro, nos informaron que las posibilidades de nuestra bebé eran muy pocas, ya que era muy pequeña. También que en ese hospital no podrían atendernos, ya que no tenían lo necesario para un bebé de esa edad.

Nos trasladaron al Hospital General de Tulancingo, Hidalgo, México. Llegamos a las 6:00 pm aproximadamente y a las 10:00 pm ya me estaban ingresando al quirófano, para entonces mis niveles de presión eran 200/100, los doctores me dieron preferencia debido a los riesgos que esto representaba, todos ellos nos informaron también sobre las medicamente pocas posibilidades de que nuestra hija estuviera bien, hicieron que mi esposo firmara varias formas de consentimiento. al entrar al quirófano los medícos y enfermeros hicieron todo los posible por conseguir una cama radiante para mi hija así como el medicamento necesario para ella. Nació a las 11:40 pm pesando 1.200 gr. Aproximadamente 30 minutos después pude verla… era hermosa… pequeñita pero hermosa!

Ella tuvo que permanecer en el hospital, durante su estancia ahí mostró muchos problemas: no toleraba la leche así que era alimentada por una sonda, mi esposo tenía que viajar diario a otra ciudad para conseguir la nutrición que ella necesitaba, bajó de peso y cada día era un diagnóstico diferente; sepsis, hiperbilurrinemia, anemia y otros más que no recuerdo… tuvo que ser trasfundida en dos ocasiones. Pero ella guerrera como es, seguía adelante! nunca se dio por vencida y gracias a su fuerza, el cuidado del equipo médico y de nuestro Dios, después de poco más de un mes ella pudo ser dada de alta!

No sabía comer y la alimentábamos con una jeringa pero así llegamos a casa. Después de eso seguían revisiones para descartar algún problema; algún retraso en su desarrollo, retinopatía… nada! gracias a Dios nuestra hija está sana y hermosa como siempre, es una guerrera que ha venido a recordarnos lo grandioso de la vida y sin duda, el mejor regalo que hemos recibido.