La Historia de Vida de Eitán

Hola,  soy Dalia,  mamá de Eitán, de 4 años,  todavía  lloro cada vez que leo las historias de los otros bebés.

Soy madre soltera,  estaba muy feliz con mi embarazo  y no tuve ninguna complicación,  hasta que una mañana el  2 de abril del 2008 rompí bolsa,  porque sí.  Me internaron,  y me pusieron goteo para evitar las contracciones pero no hubo caso.  El 4 a las dos de la mañana y por parto normal nació Eitán,  yo sólo podía pensar en cómo estaba,  tenía 30 semanas de gestación y pesaba 1.350 kg.  Sabía que no estaba todo bien.

Ni tocarlo pude,  corriendo se lo llevaron a la incubadora y pasó una semana con respirador.  El   doctor dijo: “no se está muriendo,  pero tampoco está viviendo”,  fue una larga espera,  contando los gramos y mirando aparatos que de a poco iba entendiendo un poco más.    Toda la familia esperando los partes: subió diez gramos….  le bajaron el respirador….

El ductus cerró solo,  íbamos mejorando,  al mes me dijeron,  se van a casa en un par de días,  y cuando comenzó a tomar la leche,  otra vez a terapia intensiva,  y otro mes hasta que pudo lograr que la leche quedara en su pancita.  El reflujo era  severo,  pero lo grave era que la leche volvía por nariz,  y la aspiraba.  Y parecía que la neo era interminable!

Hubo cosas muy duras,  cada vez que podía iba y lo tenía a upa,  ya a los 16 días pude hacerlo.  A veces veías que un bebé lloraba y lloraba y su mamá no estaba y ahí quedaba,  no podías acercarte a otros bebés.  Y te ibas a tu casa,  las horas de visita son muy pocas,  y sabías que si tu bebé lloraba estaba ahí solo.

Pero el  fue mas fuerte que yo,  y mi pequeño guerrero alcanzó los dos kilos,  pudo tomar la leche y nos fuimos.

Claro,  faltaba mucho,  dos meses a upa las 24 horas porque la leche salía por nariz,  y la pediatra  ofreció internarlo y yo no quería saber nada!

Todo eso pasó,  sus cicatrices,  que tanto me dolían,  ya casi no se ven,  aunque dicen los doctores  que tiene callos en las venas y cuesta mucho sacarle sangre hoy día.

Hubo una lesión en el cerebro,  por falta de aire,  que recién noté este año,   porque su pierna creció menos.   Podría haber sido muy grave,  pero gracias a Dios es sólo una piernita,  que necesitará fisioterapia de por vida.  Pero es un niño normal,  sano,  inteligente y hermoso.

Y a veces le cuento que era así de chiquitito y ni idea tiene lo que le estoy diciendo.