La Historia de Vida de Angela

ar | Soy Angela

Nací el 14 de Octubre, 2006

 de 24.

 Pesé 550.

 Gracias Verónica por compartirlo!

Acá empiezo con mi historia:

Me hice una ecografía el sábado 07 de octubre de 2006, sin que me la indicara el médico. Tenía el resultado de una ecografía anterior (10 días antes), pero por esas cosas de la vida que no se explican me quise hacer otra, una tridimensional.

Estaba todo bien pero es como que algo presentía.

Al realizarme la ecografía descubrieron que no tenía líquido amniótico.

Con 23 semanas de gestación, sin ningún síntoma, sin rotura de bolsa, sin pérdidas, me volví a mi casa con mi esposo totalmente desconcertados.

No podíamos hacer nada, dejábamos al bebé en la panza y se moría o le dábamos la posibilidad de vivir, aún teniendo muy pocas posibilidades de sobrevida.

Me dieron un turno en Córdoba capital el viernes siguiente y ahí me quedé.

El sábado 14 de octubre a las 11 de la mañana nació Ángela. Antes de la cesárea me alcanzaron a poner dos inyecciones de corticoides para madurar los pulmoncitos de mi bebé.

Pesó 550 gramos y nació totalmente activa. Estaba comenzando nuestra lucha.

La conocí el domingo por la mañana cuando me pude levantar y fui a la Neo con mucho miedo.

Es una situación muy difícil, no queres ilusionarte pero es una partecita tuya la que está luchando y no podes darte el lujo de bajar los brazos.

Ángela estaba conectada a un respirador porque sus pulmoncitos no podían ventilar solos, con solución parenteral y totalmente monitoreada. Era importantísimo controlar si hacía pis porque la pérdida de líquido podía deberse a un problema en sus riñones. Pero Ángela hizo pis y caca normalmente. En los días siguientes a su nacimiento pesó 440 gramos, por la pérdida de líquido y hasta que empezó a alimentarse. Una gota de mi leche por día, después cada 12 horas, después un centímetro al día, todo paso a paso, más que despacio.

A los 15 días, ya había recuperado su peso de nacimiento, tuvieron que operarla del ductus… y a empezar de nuevo. Le suspendieron la alimentación por unos días y a empezar de cero, gota por gota.

Estuvo conectada al respirador por 26 días, 9 días en CPAF y 6 en halo, hasta que por fin pudo respirar completamente sola, sin ninguna ayudita extra.

Gracias a Dios todos sus estudios siempre estuvieron bien, aunque cada examen que le hacían significaba para nosotros pasar por una situación terrible, es como estar rindiendo examen permanentemente, esperando una noticia que podía cambiarnos la vida.

Ángela estuvo 101 días en neonatología hasta que le dieron el alta.

Los días son interminables y superar la distancia se hacía a veces insostenible. Nosotros vivimos a 100 km de Córdoba, viajábamos todos los días a ver a la gorda, vivís para esperar ese momento en que podes estar con ella y sentís que no podes hacer nada.

Se nos hizo muy complicado viajar todos los días porque mi esposo siguió trabajando todas las horas que podía. Era volver del trabajo, dejar a mi otra nena con la abuela y salir para Córdoba, no importaba el cansancio, la comida, la situación climática, ni nada: había que llegar o llegar, Ángela nos esperaba.

Salimos de la Neo el 22 de enero de 2007, la gorda pasó Navidad y Año Nuevo internada, y mira que paradoja, fue uno de mis mejores Año Nuevo. Fue el primer día que Ángela tomó la teta, como si fuera algo que había hecho desde siempre.

Al alta pesaba 2,100 kg. y con solo dos días de estar en casa aumentó 90 gramos.

Por esas cosas de la vida a mí no se me fue la leche, a pesar de haber estado tanto tiempo sin mi beba. Me saqué leche desde el primer día y el sacrificio valió la pena.

Hoy toma teta y mamadera con leche para prematuros.

Tengo que rescatar la contención que recibimos en Neonatología por parte de los médicos y principalmente del personal de enfermería, una palabra en el momento justo te ayuda a no bajar los brazos y a seguir adelante.

Mi otra hija, Catalina, tenía 4 años cuando nació su hermana y a pesar de su edad, entendió la situación y se adaptó increíblemente. Siempre mi atención estuvo en ella, no dejamos de hacer nuestra vida diaria, con mucho sacrificio, seguí llevándola a la escuela, a la casa de sus amiguitas, jugando con ella en el tiempo que estaba en casa y tratando siempre de explicarle la situación que estábamos viviendo. La llevamos a conocer a Ángela porque ella pidió verla, y a pesar del miedo que teníamos a ella la tranquilizó mucho ver a su hermana. Entendió porque no podía ir a verla siempre y que estaba en una cajita porque necesitaba crecer.

Es una situación muy complicada y que te duele mucho porque uno como mamá quiere evitarle cualquier tipo de dolor a un hijo, y yo siempre trate de contener a Catalina y está situación me superaba.

Gracias a Dios hoy todo pasó y estamos mucho más fortificados como familia. Empezamos a ver la vida de otra forma y a valorar mucho más las pequeñas grandes cosas que pasan a diario.

En este momento Ángela pesa 3,200 kgs. No tuvo retinopatía, no tuvo displasia bronco pulmonar, las otoemisiones acústicas dieron normales, y nosotros seguimos agradeciendo al Divino Niño el tenerla en casa con nosotros.

Los miedos no se te van, los cuidados parecen siempre pocos, los controles siguen, pero estamos todos juntos luchando para que Ángela esté bien.

En este momento estoy haciendo los trámites para que la obra social me cubra la vacuna para el Virus Sincicial Respiratorio. Me dijo el médico que es importantísimo darle una dosis por mes porque es su primer invierno y podría tener complicaciones respiratorias.

Seguimos en la lucha pero ya las fuerzas no se pierden, cuando empiezo a flaquear rezo más para recuperarme.

Si mi testimonio le sirve aunque sea a una sola familia vale la pena darlo.

Nuevamente muchas gracias porque me ayudaron muchísimo en esos momentos de la vida que uno cree que no puede superar.

Besos.

Verónica

Mis Fotos!


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