La Historia de Vida de Amparo y Constanza

ar | Soy Amparo y Constanza

Nací el 30 de diciembre, 2012

 de 30 Semanas.

 Pesé 1460 Gramos.

 Gracias Romina Bertoldi por compartirlo!

Bueno Acá va nuestra historia para las chicas nuevas Mi nombre es Romina, tengo 33 años, soy de Santa Fe, soy docente. Les cuento que el sueño de toda mi vida siempre fue ser madre, y obviamente lo pensaba dentro del marco de una pareja pero como el hombre indicado no llegaba empecé a barajar la idea de ser mamá sola por medio de tratamientos de fertilidad asistida. Tuve muchos vaivenes, tanto emocionales, como económicos, como de pérdidas de tiempo amorosas y otras yerbas, pero a fin del 2011 dije ¡basta!, así que me lancé a este viaje a la maternidad sola porque casi nadie me apoyo en mi decisión, para mi familia era una locura, así que sola con mi fuerte deseo enfrente todo, pasé por todos los estudios y controles pertinentes, me topé con más de un profesional en el camino y no tanto, hasta que di con los que creí ideales para mí, después de muchas idas y venidas seguí adelante me empujaba mi gran sueño de ser mamá y dar vida, enfrentar el combo hormonal, los pinchazos (le tengo fobia a las agujas), lo desconocido, lo nuevo, la ansiedad, los nervios, los miedos, emociones, sensaciones difíciles de explicar, en mi tercer tratamiento llegó el positivo tan esperado, y después la confirmación de la beta, impagable y ni decir la ecografía sumado a todo ver la seña del médico indicando que éran MELLIS, el momento de sentir sus latiditos fusionado a mis lágrimas que brotaban imparables y ahí me di cuenta que no pude tener mejor elección, qué fuerte e inteligente soy! Por razones que nunca podré explicar mucho menos entender una de mis hijas, Constanza se puso alas en la semana 24 de embarazo, en una ecografía de rutina me tocó escuchar «mamá esta bebé no tiene signos vitales, su corazón se detuvo» eso me partió al medio, creo que no hay dolor más grande, me sentí aplastada por la vida. En el exacto momento, que mi alma se despegaba de mi cuerpo. En la peor parada de mi estadía en la tierra. Donde el dolor se hacia fuego, que iba quemando y convirtiendo en ceniz! as mi espíritu… Y así, despojada de todo, me vi… Desprotegida, sola, abatida… A mitad de camino. No había piso, no había techo. Solo habitaba en un lugar de aire espeso. Donde el respirar dolía, Donde la brisa que soplaba, no acariciaba mi piel… Era espina incrustándose en mi carne. Y me sentí arañando la vida, con no sé que fuerzas, Si la de ella por quererme aquí, o la del cielo empujando mi alma, Deteniéndola para que no se vaya… Fui renaciendo… sigo renaciendo… me desgarrada de dolor, luego empezó una pesadilla de varias semanas de reposo (la vida pasaba demasiado lenta y el dolor de saber a una de mis hijas muerta dentro de mi era indescriptible, ni siquiera podía llorar) encima el médico frío me decía no saques turno Veni nomás yo iba tipo 11 y el me atendía última a las 16 17 horas. Espero dos semanas y me mando a hacer una interconsulta a Buenos Aires y me decía si te quieren hacer la cesárea allá deciles que si, yo estaba de 26 semanas y el sabía que era improbable que mi bebé sobreviviera con 26 semanas, cuando volví de allá me dijo que me programada la cesárea pero oh casualidad me tira de opción justo la semana que iba a estar de vacaciones era evidente que no me quería atender! Con Total frialdad y cero contención me atendía. Yo pensaba que la violencia obstetrica era un invento hasta que me tocó vivirlo a mi. Al menos me lo hubiera dicho o me hubiera pasado con otro doctor, me hubiese dicho «mira tu caso es complicado no me siento preparado» y no sólo me atendía con frialdad Pero que podía hacer yo? Seguí con cuidados especiales, análisis y ecografías semanales pero nada pudo evitar que en la semana 30 de gestación, el 30/12/2012 se desencadenará el parto y naciera mi hija Amparo, unos días antes despedí el tapón y fui al sanatorio , me atendió un doctor de guardia me hizo tacto y me mando a mi casa! Le conté brevemente mi historia y no me dejó internada para frenar el parto! Mi doctor ni vino obviamente, el 30 las contracciones eran muy f! uertes llegue al medio día al sanatorio mi doctor no podía venir, llegó un doctor de guardia quién estuvo conmigo en todo momento acompañandome, conteniendome, todo el tiempo me decía que no tenga miedo, que iba a estar todo bien, tuvieron que hacerme una cesárea de urgencia, y una suerte de legrado, sentí cuando me sacaron a Constanza por parto vaginal, una parte de mi vida se fue con ella, cuanto miedo, cuantos sentimientos encontrados, estaban sólo los de guardia. fueron momentos muy difíciles. Tuve mucho miedo, me sentí vulnerable. Amparo peso 1.460grs, ni siquiera pude verla. No habían pasado ni 3 horas de la cesárea cuando me levanté y me llevaron a Neo ahí estaba mi pequeña hija que ya había enfrentado su primer paro cardiorespiratorio, sus débiles pulmones necesitaban ayuda, conectada a un respirador y llena de cables, sondas y así la conocí. A la semana de nacida pesaba 1020grs y me dejaron cargarla por primera vez pero la vida nos tenía otra sorpresa desagradable, empezó a perder fuerzas, devolvía la leche, una batería de análisis y estudios determinaron que sus glóbulos blancos iban en aumento, había una infección en los intestinos que pronto llegó a la sangre desencadenando una sepsis generaliza, la punción en la médula no se hizo esperar, el resultado tampoco, «mamá podes venir a parte» me dijo la doctora, sabía que nada bueno era, y lo que no quería escuchar «Amparo tiene meningitis bacteriana» Dios que tan mala fui en la vida para merecer tanto castigo? 20 días interminables cada 8 horas le pasaban 3 antibióticos diferentes, sus venitas no resistían tanto, nadie me decía nada «hay que esperar» era una frase repetida, ni siquiera podía tocarla y contra todo pronóstico una mañana despertó y me miró como diciendo «acá estoy mamá, me aferré a la vida por vos» enseguida la tome en brazos y se prendió al pecho, mis pechos doloridos de tanto sacaleche, la herida de la cesárea abierta de tantas idas y venidas, no sólo me dolía el alma sino también el cue! rpo, noches sin dormir, (cada vez que tenía que dejarla se me rompía el corazón) pero ahí estaba mi princesa dándome las mejores lecciones de fortaleza. Casi 2 meses en cuidados intensivos hasta que el día de irnos a casa llegó. El alta es un logro más pero los que somos padres de prematuros sabemos que con llegar a casa no basta, la lucha continúa, los cuidados deben seguir, los controles, el desfile profesionales, la estimulación temprana, la higiene excesiva, y los miedos, el primer año se sufre, de golpe estas en tu casa preguntándote y ahora qué? El fantasma de las «secuelas», «la muerte subita», «las apneas», me perseguían, la depresión post parto y el duelo tardío se hicieron presentes, todo se volvió muy cuesta arriba, pero los logros de mi hija se hicieron enseguida visibles, de a poco los fantasmas se alejaban dando paso a la luz, la alegría que da ver crecer un hijo y el tiempo va pasando… Hoy Amparito tiene casi 3 hermosos años, totalmente sana y feliz. Yo canalice mi dolor ayudando a mujeres que pasaron lo mismo que Yo. Soy miembro activo de la asociación de padres de niños prematuros de santa fe y de la asociación de padres que hemos perdido hijos antes de nacer o Recién nacidos.En mi caso no hubo culpables pero sí Faltaron controles. Contención. Humanidad. Mi médico jamás se acerco a neo nunca pregunto por mi o por mi bebé. No fue lo que Yo necesite. Esta es nuestra historia y siento que es un ejemplo de que aunque las circunstancias parezcan decirnos No, la vida siempre nos puede sorprender por eso no hay que darse por vencidas.

Mis Fotos!

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