Bebés prematuros: “la familia no es visita»

La madre de un bebé prematuro describe el impacto de volver del parto a casa con los brazos vacíos y explica la importancia de posibilitar el contacto diario con el bebé internado.

Uno de cada 10 bebés nace antes de la semana 37 de gestación y necesita cuidados especiales, sin excluir el contacto con sus padres.
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Por – Andrea Dolce, Presidenta de la Asociación Argentina de Padres de Niños Prematuros y mamá de Sofía; www.apaprem.org.ar,infoapaprem@apaprem.org.ar.

 

Un Comentario

Vanina

Duele, realmente duele volver a casa con el bolso y los brazos vacíos…
Duele, realmente duele llegar y escuchar silencio…
Duelen los abrazos de sostén, las miradas de oración y las palabras vibrantes atoradas en algún lugar de su camino…
Duele el despertar por el sonido de una alarma avisando es la hora de sacarse leche y no por el llanto de tu niñ@….
Duelen esas eternas horas de la última visita a la próxima, la noche se hace larga más larga…
Duelen los sonidos desconocidos del aspirador, del saturometro, del respirador mecánico, de la incubadora, del termometro, de las bombas…
Duele el no poder tocarlo, el no poder hablarle, el no poder besarlo, el no poder acariciarlo, el no poder…
Duele ver esos ojitos pidiendo auxilio….
Duele escuchar el llanto reprimido por el tubo de oxígeno…
Duelen los ojos vendados….
Duelen los brazos de no poder cargarlos….
Duele el contarlo, duele el escucharlo…
Duelen las chaquetillas blancas, los ambos celeste, amarillos, lila, azules….
Duelen las preguntas sin respuestas…
Duelen los pronósticos aun siendo desacertados….
Duele la incubadora vecina porque duele la incubadora mía….
Duelen las revistas de sala…
Duele la puerta que te espera para cruzar y ver tu hij@….
Duele el paso de los días…
Duele ver tu familia, duelen tus amigos, pero más duele tu/s otr@/s hij@/s….
Duele el teléfono a la espera de una llamada enemiga…
Duele la tarde donde la visita del médico es igual a mala noticia…
Duele el pecho de no dar el pecho…
Duelen los nuevos términos como duelen los viejos….
Duele verte amamantando a un aparato o a una jeringa…
Duelen los 10, 20, 60 g por día….
Duele la mirada de no encontrarte donde quieres estar…
Duele lo nuevo de uno lo viejo de otros….
Duele la premisa de normalidad y la distinción de lo dispar….
Duelen las ecografias, tomografias, radiografias, y todas las grafías…
Duelen los análisis y las punciones ni que hablar….
Duele la imagen que te habías hecho de aquel día…
Duele la espera de aquel día, de él día, de la vuelta a casa en familia…
Duelen los sueños cortados….
Duele la ansiedad…
Duelen los diagnósticos y el miedo a no saberlos llevar…
Duele el miedo al irte a tu hogar…
Duele… duele… duele…
Y ellos…ellos ahí luchando, soportando el dolor, peleando, dando batalla a lo que venga, esquivando a los pronósticos, poniendo la otra mejilla, sacandole la lengua a la tempestad, dándole vida a la vida…
Y ellos… ellos brindando enseñanza, aportando alegría, colaborando a salir adelante, afrontando el destino, donando energía, dándole vida a la vida…
Y ellos… ellos abrazándonos, mimandonos, acariciándonos, suavizando nuestro dolor, amándonos, acobijandonos, enseñándonos, dándole vida a la vida…
Y se respira, se respira al cargarlo por primera vez…
Y se respira, se respira cuando uno a uno los cables y mangueritas van desapareciendo…
Y se respira, se respira cuando lo ves succionar…
Y se respira, se respira cuando del dedo te agarra…
Y se respira, se respira cuando uno a uno los aparatos se van apagando…
Y se respira, se respira cuando lo ves mover su cuerpito al escuchar tu voz…
Y se respira, se respira cuando ya no lloras de angustias y lloras de alegría…
Y se respira, se respira cuando lo ves mejor día a día…
Y todo pasa…. pasa que les dan el alta y ya no son más dos horas al día, y respiras…. respiras profundo y lloras… lloras y te reís a la vez… te reís y te alteras… te alteras y mirarlo en tus brazos te calman otra vez… y ya no dormís porque queres mirarlo, y ya no dormís porque queres saberlo bien, y ya no es una alarma quien te avisa hora de comer, y no dormís porque el miedo te dice que no queres a la terapia volver…
Y todo pasa… pasan los días y seguís aprendiendo, seguís creciendo, seguís luchando, seguís soñando, seguís llorando aveces de alegría otra de descargue…todo pasa y seguís creyendo, porque recordas por todo lo que han pasado y te da valentía…
Porque ese niñ@ es prematur@, vos sos mamá/papá prematur@, la familia es prematur@, porque ese termino que era del vecino ahora se sienta en la mesa los domingos, participa de las redes sociales, comparte el mate y las visitas… Y se hace parte, se hace amigo, se hace de la familia…
Un hijo te enseña, te da motivos, te fortalece, te alienta, te enorgullece, te da vida… Ellos…Ellos ahí están dandole vida a la vida…

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